Yinyang juntos , en un saludo a los ancestros y ancestros de la práctica

Yinyang juntos, en un saludo a los ancestros y ancestros de la práctica”.

Es así, con esta frase, como acababan todas las sesiones con mi Maestra Eglantine Oudart. Y es así también como acabo cada sesión, cada taller, y cada práctica personal.

Una mano en la otra, un puño en el otro, una ligera inclinación, y más que nada, estar presente en este momento especial de conexión: “Yinyang, juntos, en un saludo a los ancestros y ancestros de la práctica“.

Cada vez que haces este saludo estás dando las gracias a tus antepasados, a todas estas personas quienes, por sus vidas, sus existencias, te han traído hasta aquí. Cada uno de tus saludos es un acto de agradecimiento por lo que te han dado, y más que todo, por lo que no te han dado, permitiéndote el camino del descubrimiento, de la libertad, ese camino de ser tu, con todos tus aspectos, todas tus facetas de diamante que vas puliendo, todos tus pétalos de flor de loto que vas abriendo, poniendo presencia y conciencia.

Y cada vez que haces este saludo “Yinyang juntos en un saludo a los ancestros y ancestros de la práctica”, saludas a todos tus ancestros de práctica, la(s) personas que te han enseñado y te enseñan la práctica, los Maestros quienes enseñaron a los tuyos, los Maestros de los Maestros... te inscribes en un linaje inmenso, como la onda en el océano.

Y a cada “Yinyang juntos en un saludo a los ancestros y ancestros de la práctica”, estás dando también las gracias a tus otros Maestros: los profesores que han sido importantes para ti, los escritores, pintores, músicos… quienes te han abierto las ventanas sobre el mundo, y sobre tu interioridad.

Serias tu si no hubieras leído este libro? tu, si no te hubieras enamorado de este cuadro?

Hace 7 o 8 años me encontraba en el Monasterio “Le hameau des Pruniers“ (Plum Village, Dordogne, Francia). Thay, el Maestro Zen Thich Nhat Hanh, explicaba la importancia de los ancestros, familia, Maestros. Me marcó profundamente la ceremonia en la cual nos hizo a cada uno (éramos numerosos), elegir un papel en uno de los tres calderos presentes en la sala. Uno con frases de Shakespeare, otro con sentencias del Yi Jing, otro con frases de Victor Hugo.  Nos permitía así inscribirnos en un linaje cultural, complementario al linaje espiritual de su enseñanza. Me pareció muy bonito.

Entonces… tu que me lees, quienes son tus Maestros?