El Qi Gong en Occidente

Entre los siglos XVIII y XIX, unos misioneros chinos descubrieron la práctica del qi gong y lo llamaron kung fu.

Más tarde, en la época de Mao, muchos maestros se marcharon escapándose de la represión y del totalitarismo. Fue el caso, por ejemplo, del Profesor Leung Kok Yuen. Esta emigración permitió el descubrimiento y el desarrollo del qi gong en los Estados Unidos y en Europa.

En un momento  de vacío espiritual en Occidente, la llegada del qi gong con la diáspora china fue, y es, una fuente de interiorización, de conexión con la Naturaleza y sus ritmos. Una forma de aprender a vivir el “aquí y ahora” .

Diversas formas de qi gong se debieron de occidentalizar para adaptarse a la demanda del Oeste: consideración del estrés, adaptación a la problemática de la salud publica occidental (aumento de la obesidad, aumento de las patologías cardiovasculares….) implicación social (reflexión y reacción respeto al consumismo excesivo).

EL qi gong en Occidente es también un descubrimiento de “lo mejor de China“, lejos de los productos de poca calidad “Made in China”,  permite crear un puente de intercambios espirituales entre China y Occidente.

En Occidente, el Qi Gong se desarrolla a partir de los años 1970, momento en que unos Maestros chinos, como el Maestro Zhou (Zhi Neng), vinieron a enseñar a los Occidentales.

De esta manera descubrimos este arte de la lentitud, tan lejos de nuestra sed actual de velocidad, de nuestra manera confusa y equivocada de pensar en que lo rápido y lo inmediato, son símbolos de éxito y de fuerza. Cuando se practica el Qi Gong, se sabe que un movimiento lento cuesta mucho más a nivel muscular y es mucho más potente.

A nivel personal, puedo decir sin ninguna duda que la práctica del Qi Gong ha cambiado mi vida; más que todo me ha permitido poco a poco ser yo misma, y tener siempre conciencia del placer inmenso de respirar, de mover, y finalmente, de vivir.