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He practicado Qi Gong hace unos años, tuve que dejarlo por horarios de trabajo y ahora tengo posibilidad de volver a practicarlo. En aquel tiempo observe mejoras en general, como una armonización del cuerpo, las encías más fuertes, la piel más hidratada, etc. En esta nueva etapa puedo observar además un aumento en el equilibro y fortaleza emocional. Surge alegría sin necesidad de causas externas.
Durante las clases no sólo hacemos ejercicios, también aprendemos cómo cuidar nuestra dieta para mantenernos sanos, y qué movimientos podemos realizar en caso de tener un pequeño malestar, tanto sea físico como emocional. Es una práctica muy completa que la recomiendo a todo el mundo que, a pesar del estrés y la vida tan acelerada, desee sentir bienestar y equilibrio, y por lo tanto, mantenerse sano.

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