Al comienzo era el Verbo

La semana pasada, a parte de las sesiones individuales y las clases de grupo, hice un taller de limpieza ancestral taíosta (el regalo de los ancestros)  y participé en la formación de Ona de Jade, esta vez, sobre la Alquimía feminina y la Alquimía Masculina .

A través de estas prácticas, de su potencial energético, comprobé otra vez el poder liberador de la palabra; después de practicar, algo se liberaba; ganas de decir algo, palabras de agradecimiento, palabres de liberación, incluso silencios….y me vino la trama de este articulo.

Hablar. Se puede hablar como un río desbordante, o se puede  practicar  el hablar conciente : sé que estoy hablando, y sé lo que te estoy diciendo; y sé que lo que te estoy diciendo te lo digo desde mi corazón.

Porque es así; el hablar viene del corazón. La lengua es la flor del corazón y según mi estado emocional, se traducirá de una manera o de otra a través de mi forma de hablar, y de lo que digo, porque el corazón es el gran receptor de mis emociones. Aquí fluyen, aquí se bloquean.

Lo que digo tiene sentido? Mi shen, mi inteligencia vital, esta bien. Mi boca desborda de palabras de odio? Tengo que mirar a mi Hígado  y al fuego incontrable de mis rabías y frustraciones.  Mi voz es floja, casi un suspiro…. la energía de los Pulmones está tocada, y mis tristezas van por aquí. Repito no sé cuantas veces lo mismo? Algo obsesivo está en marcha; mi energía de Bazo no hace bien su trabajo de transformación. Me quejo de mi falta de energía y de coraje? Mis temores se expresan, o incluso se esconden en silencios aterrados? Está en relación con la energía de Riñones. 

Hay que escuchar cómo habla el otro; no sólo lo que dice, sinó cómo lo dice. Con qué tono de voz, qué  palabras, qué ritmo, qué  respiración.

Hay que escuchar cómo hablamos. Porque así, con esta escucha profunda, estamos poniendo nuestro oído sobre nuestro corazón y el corazón del otro.

Con una palabra podemos hacer un daño feroz a alguien, un cuchillo afilado  directo al pecho; pero con una palabra, podemos tambíen liberar, curar, y hacer feliz. 

 “Al comienzo era el Verbo” y eso vale cada día, a cada comienzo, a cada momento.